Tenía pensado
hacer una entrada antes de viajar a Lanzarote, donde os contaría lo contento
que estoy por poder ir allí unos días a entrenar con buena temperatura, buen
ambiente y gran compañía. Todo esto a decir verdad sigue en pie, y por supuesto
que lo hare.
Pero a veces
en la vida suceden cosas inesperadas, y que cambian, aunque espero que por muy
poco tiempo los hábitos o mejor dicho las buenas costumbres que uno tiene.
Dudaba si hacerlo público o no, ya que es un tema muy íntimo, pero como siempre he dicho este blog
es un blog deportivo, donde cuento mis alegrías y mis penas (deportivamente hablando). El caso es que esto
que voy a contar está estrechamente relacionado, y de una forma u otra me sirve
de desahogo, además pienso que me hace más humano.
Pues bien, hoy
martes 12 de febrero, tenía el rutinario reconocimiento médico, con su
correspondiente prueba de esfuerzo (la primera en mi caso). Todo iba bajo lo
previsto, analíticas, esperiometria, todo normal. Cuando llega la hora de la
prueba de esfuerzo me calzo las deportivas y a correr. La prueba sale muy bien,
hasta mejor de lo esperado. Según el médico que lo controla estoy como un “toro”
y tengo un corazón grande y potente, pero cuando paro en seco me da un pequeño
mareo y mis pulsaciones bajan rápidamente, cosa que no es normal y ahí vienen
las preocupaciones. Me realizan más pruebas y paso a consulta de la
especialista, me cuenta cosas que hacen que se me venga el mundo encima, son
todo supuestos, y según van llegando mas resultados parece que todo puede ser
un caso aislado debido a una lipotimia, golpe de calor, o bajón de azúcar (ya
que la prueba era en ayunas porque también me sacaron sangre y no hubo tiempo
entremedias de comer).
La cosa es que
por prescripción médica no debo entrenar por encima del 75% de mis pulsaciones
hasta la realización de diferentes pruebas que descarten cualquier tipo de
patología. La verdad es que he pasado una de las mañanas más duras de mi vida,
cuando oí la posibilidad de dejar el deporte de competición se me caían las lágrimas.
Ahora mismo estoy más tranquilo, y debo agradecer el buen trato allí recibido. Solo
queda esperar a las diferentes pruebas, y ojala y estoy seguro que todo esto
quede en un feo recuerdo, fruto de un hecho aislado.
Todo esto no
lo cuento para dar lastima ni mucho menos, quizás es un tema sensible que no
debiera contar, pero como dije antes es mi blog, donde expongo mi vida
deportiva, mis sensaciones, sentimientos, resultados etc., y por desgracia en
esta vida hay cosas malas y buenas, y ahora mismo estas palabras me han servido
de vía de escape por decirlo de alguna manera.
Además de todo
lo malo, se saca algo bueno, y es saber valorar lo que tenemos, y los
afortunados que somos por hacer lo que nos gusta sea lo que sea, y por ello
valorarlo como tal. En mi caso es el deporte, sin él no sería yo. Estoy seguro que después de este mal trago y
cuando todo se aclare seré aún más fuerte, y disfrutare el doble de la
competición sea cual sea el resultado final. Recuerdo que el gran Gómez
Noya también tuvo algún sustillo con su
corazón y miren ahora…..
Ahora me
esperan unos días un poco incomodos, pero que intentare pasarlo lo más
tranquilo posible, después marchare a Lanzarote, donde mi “planning” cambia
completamente, ya que lo que iba a ser un “machaque” de horas y horas, ahora
serán salidas agradables disfrutando de mi deporte favorito, y de la buena
compañía. Un abrazo a tod@s y a disfrutar de la vida!
Ánimo campeón!!Todo será un susto,ya veras.
ResponderEliminarTu vecina ;)
Noe.
mucho animo,y mira lo positivo,seguro que ha sido un susto y que te hara disfrutar ms de tus entrenos en Lanzarote,un besazo muy fuerte
ResponderEliminarMar
no le des muchas vueltas, seguro que todo se queda en un susto, por aquello de más vale prevenir.., sigue adelante
ResponderEliminarRosa.